Los cuentos maravillosos, son cuentos en los cuales se describe a personajes y ambientes ficticios, osea, irreales.
Lo
maravilloso (del
latín mirabilia : « cosas asombrosas, admirables, inexplicables ») se define por el carácter de lo que pertenece a lo
sobrenatural, al mundo de la
magia, al mundo de las
hadas,
1 al mundo donde lo imposible parece posible.
2
Lo
maravilloso se refiere a algo increíble e inimaginable, y engloba o comprende « una aventura o una experiencia asombrosa y deliciosa ».
3
Surgido de la tradición oral, lo maravilloso está presente en los cuentos religiosos y paganos.
4 Para los antiguos, la intervención de los dioses (especialmente en la
epopeya) era aceptado como algo natural, como algo
maravilloso-pagano;
5 y para los cristianos, son los
ángeles y los
demonios, así como los
santos y sus dones milagrosos, los que conforman lo
maravilloso-cristiano,
6 y lo que se acepta como posible y común.
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Por evolución natural de las cosas, lo
maravilloso pasa luego del mundo de la
literatura al mundo del
cine 8 (ejemplos lo son los filmes
9 de
Jean Cocteau).
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Presentación[editar]
Lo maravilloso describe un mundo situado en un pasado alejado y no bien definido («
Érase una vez », «
Il était une fois », «
Once upon a time », «
C'era una volta »), o bien en un futuro temporal en el caso de la
ciencia ficción.
Lo maravilloso evoca un universo ingenuo y por momentos deslumbrante donde, según
Tzvetan Todorov,
12 lo sobrenatural tiene derecho a existir.
Los personajes[editar]
Los
personajes tienen sus antecedentes en un pasado con frecuencia bastante antiguo. Así por ejemplo las hadas recuerdan a las diosas celtas, a veces citadas en relación a lugares precisos, como fuentes o piedras levantadas.
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Los objetos[editar]
Cuentos iniciáticos[editar]
Este tipo de historias frecuentemente pone en evidencia los arquetipos (
enfoque jungiano), aventuras de héroes que pueden considerarse iniciáticas, y que templan la evolución de los espíritus, etc.
Por ejemplo, en el cuento
Cendrillon, la pérdida de un zapato es signo de pasaje al reino de los muertos, y por tanto una forma de iniciación.
El cuento maravilloso sin duda ilustra y transmite enseñanzas, y la mayoría de las historias se terminan bien.
Lo maravilloso y lo fantástico[editar]
Las narraciones maravillosas y fantásticas se parecen un poco unas a otras, y las diferencias fundamentales entre ellas se refieren a la apreciación de lo sobrenatural.
En un cuento maravilloso, las características del mundo sobrenatural son aceptadas por el lector como algo posible que no se discute, observándose de su parte gran confianza y gran credulidad, a pesar de que el autor haya bien destacado lo maravilloso, como para que esto no pueda pasar desapercibido. Por ejemplo, nadie se extraña en un
cuento de hadas que existan
dragones y
brujas.
Lo
fantastique queda anclado a la realidad, y el evento sobrenatural no es admitido como tal. A lo sumo se crea cierta
hésitacióntanto de parte del héroe como de parte del lector, que o puede encontrar una explicación racional del suceso, o puede admitir lisa y llanamente el carácter sobrenatural del mismo.
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Véase también[editar]
fin
El amor en los tiempos del cólera
Las síntesis finales
En 'El amor en los tiempos del cólera', novela en la que García Márquez dobla ya la esquina de la madurez, en la que se acerca a las síntesis finales, la enumeración de animales cercanos a una zoología o una ornitología fantástica es notable, sorprendente. Parece que el objetivo del libro fuera enumerar, presentar listas inverosímiles. Fermina Daza, cuenta el novelista, era “una idólatra irracional de las flores ecuatoriales y los animales domésticos”. Llenó la casa de dálmatas con nombres de emperadores romanos, de gatos abisinios y siameses bizcos, de “alcaravanes premonitorios y garzas de ciénaga de largas patas amarillas”. Después compró “seis cuervos perfumados” y puso en la casa una anaconda de cuatro metros, cazadora insomne cuyos suspiros no dejaban dormir a los habitantes del lugar. Como el relato queda entorpecido por esta profusión de animales, el narrador introduce un feroz mastín alemán que los despedaza en un ataque de rabia. Es la solución inevitable, el Deus ex machina de los antiguos relatos y obras de teatro.
El estilo garciamarquiano ha sido una inflexión importante en la historia de la lengua castellana. No es necesario someterse a él de buenas a primeras. Más bien es un error y una ingenuidad. García Márquez nos dejó una imaginación en libertad, una escena contradictoria, dotada de raíces y ritmos del pasado, un fresco narrativo abigarrado, colorido, por momentos melancólico, un conjunto de historias de amor que son diversas y son siempre la misma historia. Cualquier escritor puede asomarse y puede darse el lujo, incluso, de hacer una incursión en el garciamarquismo. Pero me parece que hay que desconfiar. Toda imitación del original es sospechosa. Gabriel García Márquez, triunfador indiscutible, gira por el cosmos en su órbita propia. Hace una pizpireta, nos hace un guiño, hace mutis por el foro.